sábado, 17 de mayo de 2014

Mi salida del HNP

En el 2001 llegue al Hospital para el Niño Poblano (HNP), llegue sin diagnostico solo con sospecha de una mucopolisacaridosis y ahí se confirmó esa sospecha; fueron años difíciles porque era una niña y para cualquier niño es difícil estar en un hospital por la razón que sea, con el tiempo comprendí que así sería mi vida de ese día en adelante. El HNP se convirtió en mi segunda casa porque tenía que ir frecuentemente y porque ahí conocí a personas increíbles, obviamente no recuerdo mi primera cita con el doctor Aparicio (genetista) pero mi mama me ha contado que desde la primera vez me trato con tanto cariño, con tanta paciencia; con el paso del tiempo de alguna manera iba feliz sabiendo que lo vería. 
Los primeros años iniciamos con citas muy frecuentes, visitas con diferentes especialistas en un solo día iniciando con oftalmología, nutrición, odontopediatria, salud mental y por ultimo genética (que era la que más esperaba). Con el doctor Aparicio tengo una “conexión” especial, sin duda tiene la vocación para ser genetista pediatra.
Aproximadamente a los 10 años tuve mi primera cita de traumatología y ortopedia con el doctor Cao, esa cita la recuerdo muy bien porque el doctor Aparicio me llevo por una molestia que tenía en aquel entonces, el doctor Cao amable pero muy serio y no me gustaba ir con él, un día me dijo que nos parecíamos en esa seriedad que pareciera que estábamos molestos y tiene algo de razón, con el paso del tiempo sentí que fue cambiando y empecé a tenerle cariño, además de que es muy profesional, tiene experiencia en morquio y me siento a gusto con él, T y O se convirtió en la especialidad más importante en mi caso.
El tiempo pasó tan rápido y aunque todos los especialistas que me atendieron en el HNP hicieron un buen trabajo, con genética y ortopedia fue diferente porque les tome mucho cariño; sabía que al cumplir 18 años me tendría que ir de ahí y esa idea no me gustaba en especial porque no quería que el doctor Aparicio y el doctor Cao dejaran de atenderme. Teníamos que iniciar con los tramites, lo platicamos con el doctor Aparicio y me dijo que aunque yo me fuera de ahí el siempre seria mi genetista y que podría ir a verlo cuando quisiera, también lo hablamos con el doctor Cao y fue una sorpresa enorme cuando dijo que si quería ir al Hospital Universitario de Puebla (HUP) porque también trabaja ahí y así podría seguir atendiéndome.
Al dejar el HNP tuve sentimientos encontrados; los especialistas, las enfermeras siempre me trataron muy bien, pase más de 10 años en ese hospital y fue un poco difícil dejarlo; nunca imagine sentir esa especie de “tristeza”, tenemos planeado ir en octubre para ver al doctor Aparicio.
En febrero de este año fue mi primera cita con el doctor Cao en el HUP, después de casi dos años de no habernos visto creo que fue un gusto mutuo reencontrarnos, aunque hay ciertos problemas con mi seguro y no sé si mi estancia en el HUP dure mucho y eso me preocupa porque no me gustaría ir a otro hospital por el hecho de que no quiero a ningún otro ortopedista, pero mi mama hará todo lo posible para que me pueda seguir atendiendo ahí.

A lo largo de los mas de 10 años que estuve ahí el crecimiento del hospital fue muy notable
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